La rutina de ejercicio que mejor me ha funcionado

Hacer ejercicio siempre fue algo desagradable para mi, me sentía ridícula y lo veía como un castigo, todo esto en las circunstancias en las que se desarrollaba la actividad física que tenía que hacer.
Muchos años sentía como si fuera tortura el tener que ejercitarme por el motivo que fuera, era la hora desagradable del día.

Hasta que fui lo suficientemente mayor para cambiar un poco el contexto de mantenerme activa, con el Pechan nos inscribimos a un gimnasio que estuvo cerca de donde vivíamos en ese entonces y aunque era más divertido, me daba un poco de vergüenza el tener que salir de mi casa y que gente que no conocía me viera sudar.
Terminó nuestra suscripción y dejamos de ir, incluso empezaba a ver resultados de ese esfuerzo, pero no fueron lo suficientemente motivadores como para considerar continuar.

Pasaron los años y el tema «ejercicio» seguía constante en mi vida, era un pensamiento del que no podía darme el lujo de huir, hasta que algo pasó.

Después de que experimentamos en carne propia una pérdida gestacional, no podía procesar el duelo y me sentía mal conmigo misma, con mi cuerpo, con mi suerte y el universo entero. Era tan voraz el sentimiento de desolación que decidí «castigarme» y todos los días me forzaba a hacer ejercicio hasta que no podía más, casi siempre procuraba que fuera mas de una hora y media. Así podía sentir que el cuerpo me dolía un poco más que mi alma atormentada.

Si bien mi condición física mejoró, no me hacía sentir mejor y lo dejé porque tenía algo más en qué enfocar mi atención, una nueva oportunidad de albergar vida en mi. Nació la criatura y tenía ciertos malestares en el cuerpo que se acentuaron con la gestación, y si a eso le agregamos un toque de depresión postparto nos da la receta perfecta para el abandono de cualquier actividad física.

Ahora que ya he podido dejar atrás esos momentos, puedo decir que he cambiado el paradigma que tenía sobre el ejercicio. Hacerme el hábito es la parte más complicada, porque la disciplina cuesta más trabajo que el ejercicio físico.
Así que decidí dar un paso atrás y darle un vistazo a las razones por las cuales otras personas si disfrutan de la actividad física y sobre todo, cómo es que mantienen la constancia.

Me encontré muchos consejos, en su mayoría todos son muy buenos, pero hay algunos que tomé para iniciar, así que aquí les comparto cómo es que estoy haciéndome una rutina de ejercicio que disfruto y me da resultados:

  • El tiempo era el principal tema, no tenía una organización como tal y el hecho de pensar en hacer una hora completa de ejercicio es abrumador, así que decidí empezar con 10 minutos.
    Estos los acomodé después de cenar, porque 10 minutos se pueden perder en un rato viendo una serie, jugando en el celular y es una cifra más fácil de manejar. Conforme ha pasado el tiempo, he ido aumentado los minutos, para seguir con el pensamiento de tiempo invertido y no tiempo perdido.
  • Hice una tabla de rastreo de hábitos, pero en tandas de 10 días, psicologicamente me funciona mejor así, ir contando en 10 días. Y es muy motivante el hecho de tachar el cuadrito del día correspondiente y al final de la tanda, ver todos los días tachados.
  • Me gusta hacer ejercicio a mi sola y todavía me resisto a ir al gimnasio donde hay mas gente, así que busco una buena serie, película o vídeo que ver mientras sigo mi rutina, me sorprendo a mi misma pasándolo bien y a gusto mientras hago algo que me hace bien a la salud.
  • Busqué algunas rutinas de ejercicio en Youtube que pudieran hacerse en casa, y con un par de cositas que ya tenia (bicicleta estática y pelota de pilates) y otras que llegaron de Amazon (bandas elásticas y tapete de yoga) puedo decir que está mas o menos completo el set para ejercitarme sola. Aquí comparto dos de los vídeos que estoy haciendo y que me están dando resultados, sobre todo porque es algo simple de hacer y me gustó mucho.
  • Después de que termina mi tanda de 10 días ejercitándome, me doy pequeñas recompensas. Adoro el skin care, así que me compro una mascarilla o una cremita. En este último ciclo de rutina, me recompensé con un serum de ácido hialurónico, me encantó.

Poco a poco he pasado de odiar el ejercicio a amar lo que hace por mi cuerpo. No llevo prisa por cumplir algún objetivo, pero tampoco voy despacio. Me hace sentir mejor y sobre todo, me trato con cariño.
Cuéntame, ¿cual es tu relación con el ejercicio? Si también te cuesta, te animo con mis recomendaciones, para que puedas manejarlo más fácilmente. Estaré feliz de leer sus comentarios.

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