Todos conocemos a Barbie, esta icónica muñeca que ha estado en la colección de juguetes de varias niñas, siempre ha hecho del mundo su pasarela y ha dominado la mayor parte de las profesiones, desde maestra, veterinaria hasta científica de la nasa.
Mi época con Barbie inició a principios de los años 90s, yo tendría unos 4 años aproximadamente, cuando mi primera muñeca Barbie llegó a mi vida, desconozco si llegó en alguna fecha en especial, no lo recuerdo y mis padres no son una fuente de información confiable para estas cosas.
Era una muñeca preciosa, la mayor parte de su vestuario era de color rojo aterciopelado y vestía con colores primarios.
Hasta ahora sé que pertenecía a una colección muy particular, es la edición de United Colors of Benetton,
me encantaba que era suave al tacto, su cabello muy sedoso y ondulado. Tenía una expresión alegre y simpática. Su ropa siempre me pareció muy bonita, de colores muy vibrantes, todo tenía texturas muy distintas: bordados, terciopelo y algodón. No usaba zapatillas de tacón alto, tenía un par de tenis de color rojo. Un sombrero de fieltro, un bolso y un cepillo completaban el set.
Durante la temporada que jugué con ella, jamás la llamé Barbie, no, ese no fué su nombre. La mía se llamó Betty, bueno, realmente se llamaba Beatriz, pero sus amigos y en su trabajo le decían Betty. Cómo escogí su nombre, no lo recuerdo, pero sí sé que le quedaba perfecto.
Te cuento que a Betty le gustaba mucho ir a la escuela, tenía las mejores calificiaciones y varios amigos, tenia un coche blanco, en sus ratos libres conducía un programa de televisión donde hacía entrevistas a invitados especiales. Vivía en una casa donde tenía su propia habitación que decoró como a ella le gustaba. Jugar con ella era entretenido, sobre todo cuando tuvo más ropa disponible y una cajita donde pudo ser su casa.
Un buen día simplemente ya no hubo tiempo para seguir visitando el mundo de Betty, su cajita dió paso a otros espacios y Betty quedó dentro de una bolsa llena de juguetes. Algo que es muy habitual conforme uno va creciendo. El tiempo avanzó más y un día no pudo irse a vivir conmigo a otra casa, desde entonces, perdimos el contacto y no supe cual fué su destino.
Varios años más tarde, supe su nombre y pude encontrar algunas fotografías, y aunque aún no tengo una intención clara, si la vuelvo a encontrar, la compraré.
Mi Barbie es vintage, así que comentame si tu también tienes una o si la consideran vintage como la mia.
Premume tus Barbies.